Aquí os dejo una noticia que me ha llamado la atención.
Unos investigadores ingleses han realizado un estudio en el que se demuestra que el cerebro de los niños que han vivido en ambientes de violencia reaccionan mejor ante situaciones de peligro pero a largo plazo estos niños sufrirán problemas de salud mental, como la ansiedad o estrés.
Estos resultados también demuestran que los niños que viven en entornos de violencia familiar y los soldados expuestos a situaciones de combate presentan patrones de actividad cerebral comunes.
Aunque os parezca mucho, diversas investigaciones estiman que el abuso físico afecta a entre un 4% y un 16% de los niños, mientras que la violencia de pareja la presencian entre el 8 y el 25%.
El maltrato es uno de los factores más importantes asociados con la ansiedad y la depresión. Estos niños que han sufrido maltrato, asocian las caras de tristeza y enfado a una amenaza y anticipan el dolor.
Se debería tener más en cuenta los daños que se pueden producir en un niño que vive en ambientes de violencia y pensar antes de actuar, aunque solo sea por la salud de ese niño. ¿Qué pensáis?
Patricia me ha gustado mucho tu entrada, breve y concisa. Estoy de acuerdo en que habría que tener más en cuenta el daño que les causa a los niños vivir en una constante situación de violencia.
ResponderEliminarLa verdad es que nunca se me habría ocurrido compararlo con el daño mental de los soldados.
Muy interesante :)